jueves, 3 de diciembre de 2009

Bécquer y su balcón

Cuenta la leyenda que antes de que Gustavo fuera el inmortal poeta Gustavo Adolfo Bécquer, era solamente un chavalillo sevillano, de ojos saltones y cabellos alborotados, de mirada perdida y apariencia taciturna.

Vivía con un pariente en Madrid, y mientras no se la pasaba trabajando, andaba por ahí, sin rumbo fijo, y de tumbo en tumbo.

Fue así que una mañana paseaba por un parque cavilando sus primeros poema-supongo yo-, andaba diciendo eso de “Que es poesía”” ¿qué es poesía? Hum ¡!qué es poesía!!
Eres túuuu, le gritaronn, era un panadero XD, no, no, no creo que pasara eso, imaginemos algo más romántico, algo que conmueva nuestros insondables sentidos.

Retomemos, iba caminando, ¿qué es poesía?, ¿qué es poesía?, y la vio, no me refiero a ese la vio, sino que vio una ¡imagen hermosa!, ¡un paisaje celestial!, ¡una figura exquisita!, ¡!una representación majestuosa!¡ Una mujer.

Eres tú-dijo él- y resolvió su interrogante. Ella esta perfecta en un alto balcón, un típico balcón madrileño, de adornos barrocos con volutas, y arcos de medio punto. Con unas enredaderas que caían hasta el suelo y unas golondrinas que cantaban alrededor. ¡!Qué imagen no!!, claro, de donde creen que salió eso de “Y volverán las oscuras golondrinas en tu balcón sus nidos a colgar, volverán las tupidas madreselvas, pero esas que aprendieron nuestros nombres esas no volverán…

Bueno ya saben el resto. Ella estaba parada en el medio con la mirada puesta en el horizonte, como si esperara algo. Bella y preciosa con un vestido larguísimo que cubría sus pies.
Fue amor a primera vista, un flechazo, como diría chespirito, le dio “malacatonche”.
Y bueno, ahí comenzó todo, ella fue su musa, su numen, su inspiración, la fantasía que necesitaba para que sus poemas queden en la posteridad.

Sus amigos (siempre muy entrometidos), se dieron cuenta de que el chaval, ya no iba de juerga con ellos ni a buscar camorra, los dejaba colgados. Entonces se dieron cuenta de lo obvio, que el muchacho estaba enamorado de una bella pija, y que la condenada debiera ser muy maja para traerlo así.

Para suerte de Gustavillo sus amigos la conocían, era parte de su grupo, pero él no la conocía. Sus amigas le dijeron –Gustavo te hago el bajo, sus patas-Te hago la taba.
Pero él de forma muy estoica decía-No-. ¿Por qué?, es difícil de explicar, pero vamos a intentarlo.

Cuando la conocío, ella fue todo, todo para él, por ella logró escribir, le dedicó sus primeros versos y coplas. Pero quizás sabía que para que eso funcione debería ser así. De lejitos nomás, como una estrella que se mira de lejos y nada más
.
Para Gustavo había dos mundos el terrenal y mundano y el celestial, ideal, el de las ideas. En el ideal todo es perfecto, y a la vez utópico, transparente, divino, empíreo.
En el mundo real su amor no hubiera existido, por consiguiente no hubiera podido escribir, conocerla hubiera destrillado ese amor que él decía sentir. Tonterías de poeta, quien sabe. Pero sus amigos no lo entendieron.

Pero a él no le importó, he hizo lo que hace un genio. Se casó con una mujer que no amó, tuvo hijos que no quiso (nadie lo puede asegurar) y murió joven a los 34 años, como los grandes, casi a los 33 como Jesús pero bueno nadie es perfecto.

Hum, viéndolo así conozco muchos que podrían ser genios, bueno de cualquier manera Gustavo es y será un grande, he dicho, JODERRRRRR

No hay comentarios:

Publicar un comentario