viernes, 26 de noviembre de 2010

Muhammad Alí, el mejor boxeador del mundo, tan grande como su ego.

"Soy joven, soy guapo, soy rápido, soy elegante y posiblemente no pueda ser golpeado"

Muhammad Alí, el mejor boxeador de todos los tiempos en la categoría de los pesos pesados, valía su peso en oro gramo por gramo. Fuerte, atlético, extremadamente carismático, siempre impredecible. Con un estilo de boxeo muy peculiar, con una rapidez increíble en su puños, y con gran estilo de baile de piernas en el ring que parecía flotar como una mariposa. Una frase que él mismo definió a la forma como peleaba “flota como mariposa, pica como avispa”.


Alí, que no siempre llevó ese nombre tenía una personalidad única e irrepetible. Esto lo llevó a cambiarse primero de Cassius Clay, a Cassius X, ya que negaba su nombre de origen esclavo. Y al integrarse totalmente a la religión del islam, terminó siendo Muhammad Alí, el más grande de la historia del boxeo

Aunque en sus inicios era para los periodistas sólo un bufón y un bocazas. Un boxeador que alardeaba demasiado de sus posibilidades y que arremetía verbalmente contra sus rivales. Muhammad, siempre tenía una frase exacta como una puñalada, o como un gancho de derecha antes de subir al ring.

Esa arrogancia era tan conocida que, al principio, la gente iba a verlo sólo para verlo besar la lona, era odiado y amado a la vez. La prensa estadounidense no estaba acostumbrada a la personalidad de Alí, quizás esperaban que se comporte como otros campeones negros de la talla de Joe Louis o Jackie Robinson que eran más medidos en sus declaraciones y no intervenían en cuestiones políticas, como Alí con su negativa de no ir a pelear a Vietnam, respondiendo con "no voy a pelearme con el Vietcong ese".
Pero no, si hablabas con Alí, hablabas con el mejor, con el más grande pugilista que ha nacido en la tierra como él lo mencionaba. Muhammad, era atrevido, satírico, tenía un desparpajo tal que no sólo se burlaba de sus rivales en su mayoría mucha más maduros y viejos para él, sino que además vaticinaba en que round los iba a tumbar.

En la pelea con Sony Liston por el título mundial, la provocación fue extrema. Alí lo llamaba a Liston “oso feo” y cuando se pactó la pelea fue hasta Denver a la casa del campeón para gritarle a las tres de la mañana "¡Sal de ahí! ¡Te voy a matar! ¡Ahora! ¡Sal a defender tu casa o hecho la puerta abajo.

En los días previos a la contienda esta agresividad verbal se incrementó y durante el pesaje otra vez el obstinado retador arremete contra su rival "¡Alguien va a morir esta noche! ¡No eres ningún gigante y te voy a comer vivo!" "¡Eres un imbécil, imbécil, imbécil...

Aunque nadie creía en el triunfo de Alí, ese joven malcriado con su sarta de bravuconadas los especialistas vaticinaban que perdería, tanto así que en las apuestas le daban 7 a 1. Pero este chico de Lousiville venció con una claridad aplastante, Sony Liston tuvo que retirarse aporreado del ring en el 7 asalto.

Muhammad Alí, era campeón del mundo. El más joven, el más fantástico. Con una bravía emoción se volvió a los periodistas diciendo. "¡Quiero que todo el planeta sea testigo! ¡Soy el más grande! ¡Soy la conmoción del mundo! ¡Acabo de cumplir veintidós años y he liquidado a Sonny Liston! ¡Soy el rey¡... ¡Soy el rey del mundo! ¡Ahora tráguense sus palabras! ¡Ahora tráguense sus palabras!

Esa era Alí, en su más pura esencia. Un personaje de película, un Dios, el atleta perfecto. Con un orgullo indomable, nadie en su sano juicio se atrevería a tratar de humillar al campeón, porque Muhammad, se lo haría pagar con la velocidad de sus puños. Fue lo que le pasó a Floyd Patterson quién lo desafió acusándolo de extremista e indigno del título.

Alí, jugó con él en los tres primeros asaltos, para ir castigándolo poco a poco, con ganchos y jabs. No lo noqueaba, quería humillarlo, la carnicería terminó en el doceavo asalto cuando el árbitro se apiadó de Patterson y terminó la pelea. Otro que corrió con la misma suerte fue Ernie Terrel que para desafiarlo se negó a llamarlo por su nombre. Esta ofrenda seguro caló hondo en todo el orgullo del hombre más famoso de la tierra. Alí, lo martirizó durante quince asaltos, y en cada golpe y jab que le aplicaba a Terrel, le decía humillándolo ¿Cómo me llamo? ¿Cómo me llamo? Recordándole que a un campeón, y sobre todo a un campeón como Alí se le respeta.

Muhammad Alí, nunca tuvo miedo, a nada ni a nadie, tenía un aura blindada ante toda crítica. Ni siquiera cuando enfrentó a George Foreman, boxeador de masa descomunal e increíble pegada, que había vencido fácilmente a los que Alí venció. Nunca cambió su estilo, siempre directo, confrontacional.

En Zaire, mientras que se preparaba para luchar con Foreman, siempre aprovechaba cualquier momento para mandarle mensajes diciéndole que le ganaría, que no es nadie, nada, que no hay que tenerle miedo. Sus entrenamientos eran públicos, Alí saltando la soga, o golpeando el saco, lanzando jabs al aire, canturreaba “Atrás imbécil atrás. Ven a mi imbécil. Estoy bailando. Estoy bailando,  sígueme zoquete. No estoy ahí, estoy aquí. Imbécil no has conseguido nada. Acompañados de los niños, jóvenes, de los pobres de África que luego proclamarían su victoria cantando Ali bomayé!, Alí bomayé!

Escuchar parlotear a Alí era todo un espectáculo, su ingeniosa verborrea, sus frases graciosas, su proclamación como el mejor boxeador de todos los tiempos, no eran simples bravuconadas de un joven púgil que quería comerse el mundo. Era la afirmación de que esa vez que le ganó a Sony Listón, nacía un grande. Alí .


miércoles, 10 de noviembre de 2010

El secreto de sus ojos

Hoy recién pude ver esta película, aunque quería verla hace tiempo son esas tipo de cintas que por alguna razón la terminas posponiendo, no porque sean malas sino porque se aparecen en el momento exacto. Más si su título parace el nombre de un poema, y te obliga a averiguarlo.

La película está llena de detalles, con un lenguaje audiovisual bien cuidado, con giros de trama, en realidad con grandes giros, cuando parece que todo esta definido, aparece la escena impactante que te sorprende hasta el final.

Aunque toda la cinta en conjunto es espléndida, que quedo con dos escenas, quizás no por su espectacularidad-porque en ese sentido destaca claramente la toma aérea del estadio, donde la cámara baja hacia la cancha y sube hacia el público-sino que por su profundidad, el sentimiento que desprende su significado, tiene un sentido especial.

La película narra la investigación de un cruel crimen. Una mujer llamada Liliana Colotto es violada y asesinada.Darín, siempre impecable, medido, es el suejto que investiga el caso con su amigo Pablo Sandoval (el conocido Francella). Y es a partir de una fotografía que descubren la identidad del asesino. Benjamín Esposito (Darín) va a visitar al viudo, y este le enseña fotografías de la epoca de la universidad o bachillerato. Es ahí donde al ver varias fotos de Liliana y sus amigos, descubre que uno de ellos siempre la mira. No de una forma normal, es una mirada de amor, mezcla de devoción y de obsesión. Ahí sin titubeos, decide que el es el asesino.

Díficil definir ese tipo de miradas, cuantas miradas así hemos lanzado, cuantas miradas de forma oculta, cuantas miradas que en el más cruel y oscuro de los casos lleva a un asesinato, por ser un deseo incontrolable de tener el objeto de esa pasión.

Con una mirada se puede decir todo, solo puede ser un segundo. Todos los días miramos a las personas y de alguna de ellas quedamos prendado, enamorados. y te obsesiona descubrir el porqué la/lo miras así, que te incita a mirar. El secreto de sus ojos.

La otra escena es ya en el presente, Darín y Irene, que es su jefa en el departamento de Justicia, además de gran amiga, confidente, e implicada en el caso. Es su amor oculto, imposible. Se encuentran en un café para que ella lea la novela que Darín estaba escribiendo sobre lo que sucedió .Hablan del pasado, los viejos recuerdos, el crimen, Liliana, ven fotos. Hablando de ellos Irene ve un fotografía de ellos, con la gente del trabajo. Todos salen sonriendo, felices, ella espléndida y bella. Y es ahí donde se da cuenta que Darín no sale con una sonrisa, o haciendo un saludo, él solo la mira. Con esa misma forma que tenía el asesino. La mirada de un amor imposible.

Ella se da cuenta, sonrié y lo mira de soslayo. De esa forma que tienen las mujeres para hacerse las desentendidas. En la película Irene es casada, pero siente un amor parecido al de Darín, que se demuestra al final. Quisiera seguir hablando sobre muchos aspectos más de esta cinta, porque es muy rica en forma y fondo, pero hoy solo quería hablar sobre estos asuntos.

Para terminar aparte del video, quería poner un fragmento de un poema que hable de las miradas. Estaba tentado de poner alguno mío, pero me pareció muy vanidoso. Así que les dejo algo de Ángel Buesa y su poema del amor imposible

Esta noche pasaste por mi camino
y me tembló en el alma no sé qué afán
pero yo estoy consciente de mi destino
que es mirarte de lejos y nada más.



lunes, 8 de noviembre de 2010

Adolf Hitler maldice a la selección de Perú en las Olimpiadas de Berlin 1936

Pocos saben que en las Olimpiadas de Berlín (1936), la selección de futbol de Perú, le ganó a la de Austria por 4 a 2, provocando la ira de Adolfo Hitler. Un equipo comformado por las estrellas de Universitario de Deportes como Lolo Fernandez y Alejandro Villanueva de Alianza Lima, le ganaron sin atenueantes al equipo del fuhrer .El llamado "rodillo negro" sorprendió al mundo con su fútbol, y a pesar de que le anularon 3 goles, terminó imponiendose.

Para Hitler, que defendía la superioridad de la raza aria esto era algo inconcecible, como un equipo de negros y meztizos les ganaba a ellos rubios y blancos. Como todo un fantoche dictador mando anular el partido y ordenó jugar uno nuevo. Los dirigentes y el equipo peruano se negaron a tal injusticia y en una demostración de dignidad y honor se retiraron de la competición.

Este anécdota de nuestro balompié debería difundirse y enseñarse en las escuelas como dijo alguna vez Eduardo Galeano, famoso escritor uruguayo, como muestra de que el fútbol peruano alguna vez estuvo entre los mejores, y que provocó la ira de una dictador.

El video que les dejo escenifica en forma graciosa este suceso parodiando una pelicula llamada el Hundimiento, que habla de los últimos días de Hitler. Totalmente gracioso.
Y si quieren torcer una sonrisa más vean los otros, parodiando diferentes hechos y suceso, con títulos como Hitler se entera de que Michael Jackson ha muerto, Hitler se entera de que se acaba el mundo el 2012, Hitler se entera que Ricky Martín es gay,Hitler se entera que su esposa lo engaña entre otros.