miércoles, 18 de febrero de 2009

"Salud"

El Centro de Lima tiene muchas particulares y especiales historias. Todo aquel que por alguna razón ha reparado ir allí, ha encontrado algo que contar a los amigos después. Ya sea por su ubicación de centro histórico, su atractivo colonial, por la mala fama que tiene en sus últimos años o por los extraños personajes que recorren sus calles. Este lugar se ha convertido en una suerte de huarique, de lugar escondido. O como me diría alguna vez un buen amigo, el perfecto lugar para "trampear", si no quieres ser reconocido, ubicado y ampayado, ahì nadie te conoce me decía( ya contarè algo de él en otra ocasìón).

Volviendo con la historia ya han pasado varios años de los hechos ocurridos cuando asistía a la academia Arévalo, institución que se especializa(bueno especializa, creo que existe aún) en preparar a un gran número de jóvenes que sueñan con ingresar a una de las universidades del estado. Yo como uno más de esos ilusos muchachos, pretendía cambiar en un ciclo de estudio, medio lustro de desastrosa enseñanza estatal, para convertirme en un geniecillo de biblioteca.

Un día que me presenté tan temprano en la academia, me di con la sorpresa de que se encontraba cerrada, decidí entonces dar unas vueltas, deambulé por la avenida Colmena, mientras caminaba , supongo que debido al frío, estornudé consecutivamente 3 veces, y en estas tres oportunidades una suave voz femenina me dijo la cotidiana palabra ¡salud!, ¡ salud!, ¡salud!.

Mis ojos recorrieron rápidamente a una mujer de unos 25 años, delgada, de ropas atractivas, bolso pequeño, y usando un fuerte color labial rojo. Era una prostituta

Usaré el nombre de María para referirme a ella, ya que es muy común (lo común está en lo sencillo, y ella lo era).
Me quede sin palabras, una fuerza mezcla de miedo, timidez, y tontos prejuicios, hicieron que no contestara nada, sólo que la mirara,y pasara de frente.Al pasar el día, ya en mi casa, reflexione sobre el suceso, me di cuenta de lo idiota de mi actitud, de mi tonto proceder, sólo teniá que haber dicho gracias, Al otro día decidido con limpiar mi karma, me propuse dirigirme hacia el lugar donde la había visto la otra vez, sutilmente me acerque, mientras lo hacía, mi mente iba imagindo lo que podría decirle, De la forma más calmada posible, en una actitud natural, me pare frente a ella y la salude, dije ¡hola!, si, podria haber dicho algo más imaginativo, pero fue lo primero que salió de mi boca. Ella me miró un poco sorprendida, primero con un signo de admiración, que luego pasó al de aprobación, me retribuyó el saludo y me dijo: que pasó hoy no estas sobrado, a lo que yo le dije: no es que ese día estaba apurado, luego de romper el hielo, nos quedamos conversando como media hora, ese día entre tarde a clases, y María y yo nos volvimos algo así como amigos.
Luego supe que ella sólo estaba en esa calle, los sábados y domingos, por motivos que no podré decir, con el tiempo dejamos de hablar cosas superficiales y empezamos a conversas cosas más serias, a tenernos confianza, claro que también bromeábamos, ella me decía cosas como, “-hoy no comeré nada ya que no he levantado a nadie”, desde estas inocentes frases, hasta otras más pícaras y fuertes que por respeto a ella no puedo reproducir.
Deben saber que cuando pasas tiempo con alguien, a fuerza de costumbre terminas por cogerle cariño, y yo terminé por hacer algo así, no podría decir que me gustaba, sino más bien que al conocerla me importaba lo que le pasara, creo que la palabra adecuada es que te involucras con alguien. Pero esa confianza inicial, terminó al último por acarearme problemas. María comenzó por contarme sus problemas, no es muy difícil de imaginarlos, ella era una de las tantas madres solteras de este país, había sufrido, lo hacia por su hija y porque no tenía oportunidades de trabajo.

Un domingo en la tarde, después de salir de estudiar me la encontré, venía raudamente hacia donde yo me encontraba, se le veía nerviosa, agitada, notaba un temblor en su caminar, se me pegó tanto que podía sentir su aliento húmedo en mi rostro, hablaba entrecortadamente, le dije que se calmara y poco a poco lo hizo, caminamos calle abajo, hasta llegar a la plaza San martín, nos sentamos en una banca, ahí ella me contó lo que sucedía. Se llamaba Miguel y le había estado siguiendo hace algunos momentos, era un tipo con el que se había involucrado hace algún tiempo, bueno decir involucrado quiere decir que era un cliente habitual que había querido algo más con ella, y como siempre había sido rechazado se conformaba sólo con comprarla habitualmente. A parte de esto, él la golpeaba, y la maltrataba moral y psicológicamente, la trataba como un objeto. María me decía que aguantaba todo por su hija, que Miguel sabía donde vivía, donde estudiaba su hija, estaba amenazada; “-denúncialo”- dije, pero el temor de ella era más grande que su voluntad. No la comprendí, mis razones me parecieron más fuertes que los suyos, caminamos de regreso, me dijo que la dejara entre el cruce de la avenida Colmena y Wilson, también ahí yo tomaría mi bus. Pero esa tarde el destino me tenía preparado otra cosa, en el transcurso del camino ella se paró de improvisto, su mirada se dirigió hacia un tipo alto, moreno y fornido, con cara de gorila y se acercaba a nosotros.
Ella intranquila me dijo “-haz como si me estuvieras contratando”-, y “-como es eso -le contesté”, nunca había hecho algo así(en serio, o hasta ahora no), “-sólo sígueme”- ,yo con un poco de “roche”,caminé detrás de ella, la gente nos miraba, yo pensaba que eso debiera ser algo muy común por esos lares, pero nosotros poco más y corríamos, entramos por una angosta callezuela, pero él nos intercepto y apareció por el otro lado de la calle, frente de nosotros, ella se aferró a mi brazo. El tipo espetó ruidosamente,”-¿quién es este huevón, que haces con él?”-, yo estaba frío, “-es un amigo” -dijo ella”, y su voz iba alcanzando un sonido de desesperación.
-Pues déjalo, “vente” con un verdadero hombre.
-El es un verdadero hombre ya que sabe tratar a una mujer. Yo permanecía callado(aterrado)


-Así, míralo es un alfeñique. Por esa época yo estaba muy flaco debido a que no comía bien y las desveladas que me daba.
-Quieres irte con esto, o con un verdadero hombre (mientras decía estas palabras, inflaba más su pecho, como gallo en pleno cortejo), éste era uno de esos hombres, que creían que la virilidad y la hombría se localizaba en los músculos.
-Miguel me miró con ojos rabiosos, “-así que quieres irte con mi mujer, ¿tu eres más hombre no?”.
-Por algo lo dirá, dije de manera desafiante (mi mente estaba en blanco).
-Vamos a ver, se quita la casaca de cuero y se remangaba la camisa, uno de sus brazos era como una de mis piernas, yo me puse por delante de María para protegerla, y entreabrí mis brazos en señal de protección, pero cuando volteé ya no estaba. Ella corría calle abajo, estaba solo. Mientras dábamos vueltas tanteándonos, mi cerebro trabajaba a gran velocidad, vi a mis padres, mis amigos, yo me imaginaba tirado en la acera botando sangre. ¡Cómo le pego!, el tipo era un mastodonte pensé en un primer momento, luego ése pensamiento se transformó en como me defiendo, algo le tengo que hacer, no se va a ir limpio.
Y mientras resignado aceptaba mi destino, como una oveja dirigiéndose al matadero, empecé a oír a mis espaldas, primero un murmullo, como una ola, cada vez más fuerte, pensé que mi mente ya divagaba, pero no, parecía un grito guerrero,! !aghhhhhhhhhhhhhh!! cuando volteó, vi una imagen de la que no me voy a olvidar nunca. Ella y con un grupo de amigas venían corriendo hacia nosotros con sus tacos en mano y sus pelos alborotados, y se fueron directamente hacia él, y literalmente lo reventaron.
Con el tiempo esta escena se me hace graciosa, a pesar del susto que me pegué esa vez, hoy la recuerdo con cariño. Gracias a Dios a pesar de todo el alboroto no llegó la policía (nunca están cuando se los necesita y cuando están pues…), sólo algunos mirones, que no se atreven a intervenir, será porque esto pasa todos los días, y aparece como una noticia más en algún periódico chicha; “-joven estudiante muere a manos de caficho en el centro de Lima.” Pero cuando te pasa a ti es cuando comprendes la diferencia .En las conversaciones que teníamos María y yo, me decía siempre que estaba ahorrando para poner un centro de belleza, que no iba a hacer eso toda su vida. La verdad yo no sé si lo hizo o no, luego de ese incidente me encontré con ella el sábado siguiente , conversamos sobre lo que pasó, ese tipo dejó de molestarla, al menos por un tiempo, me dijo también que ya estaba harta de todo…
Luego de esto no volví a verla, dejaron de dar clases los fines de semana, no volví a pasar por la calle que acostumbraba estar(al contrario de la canción de Gianmarco, yo fui el que no volvió a pasar por su calle), hasta el día de hoy me pregunto porque no regresé, en ese momento suponía que así debiera de ser, que tendría que terminar todo, no sé como explicarlo. A veces extraño conversar con ella, como lo haría con cualquier amiga, espero que haya hecho lo que siempre me dijo, y que ya no esté en esa esquina donde una vez trató de ser amable








3 comentarios:

  1. interesante redaccion amigo, lo lei lentamente y honestamente me parece una historia muy interesante, un inconveniente que note es que algunas partes no estan correctamente escritas o suena raro como por ejem:”-quien este huevón, que haces con él”-,
    en fin interesante redaccion, pdt cuentame algo mas de ello como cuando paso y eso, no seas flojo ya se que escribes mucho, so no busques pretextos =)

    tu amigo,

    Fernando Jesus

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  2. ¿Què te puedo decir? Definitivamente tu blog ( o tu primer post), no se comparan a Chocolate Caliente... es muy interesante, esa historia fue sencillamente magnífica, no importan las faltas ortogràficas ni errores en la construcciòn de las oraciones xD solo estoy bromeando.
    Espero que escribas más seguido, cuìdate

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  3. Que se puede decir, el centro de lima es un vdd mundo, como dices "tiene mucha particulares y especiales historias". La mayoria de personas q pasa, sì, ve normal, q un chico siga a una chica con el minimo de ropa. Tu caso fue particular, te aseguro q de alguna forma ella aun se recuerda de ti.
    Tu historia va para "un caso de la vida real". Muxas personas dan mala fama a las mujeres que se venden sin saber sus vddros motivos, se sobreentiende si, pero el hecho de eso hace q uno se olvide, q se vuelve inmune, q pierde la sensibilidad...

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