Este blog ya tiene más de un año y medio desde que se creo una madrugada de "miércoles". Su fin siempre ha sido contar una historia, un relato chistoso, acontecimiento, recuerdo, tropiezo, desvarío, aventura. Una anécdota. La RAE dice esto:
Quizá del fr. anecdote, y este del gr. ἀνέκδοτα, cosas inéditas).
1. f. Relato breve de un hecho curioso que se hace como ilustración, ejemplo o entretenimiento.
2. f. Suceso curioso y poco conocido, que se cuenta en dicho relato.
3. f. Argumento o asunto de una obra.
4. f. Suceso circunstancial o irrelevante.
Bueno, siempre traté de contar algún suceso original, que salga de lo común, aunque no sé si lo logré o no. Si nos avocamos a la última definición es también probable que haya caído en ese aspecto. Dejando de lado definiciones ociosas, siempre he pensado que una anécdota es un relato breve, ameno, entre hilarante y dramático. Un pequeño texto que mueva o cree sensaciones a quien las lea, que los emocione, los enoje y haga reír o les provoque un recuerdo que se asemeje a lo leído. Esa es una buena historia.
Pero por qué razón decidí crear este blog. Aparte de lo ya dicho y de las ganas de escribir y como hobby oficial. Fue por la inspiración de un profesor. Sí, un profesor de academia. Hace años estudié en una academia destartalada por el centro de Lima, cuando me preparaba para ingresar a alguna universidad del estado. Según tengo entendido todavía sigue funcionando y algún día volveré para escuchar a los profes de ahí y quizás encontrar a el profe que digamos sin caer en cursilerías me inspiró de alguna manera.
Los profesores de academias tienen un estilo particular, ya sea en cursos de letras o números, ellos tienen una chispa especial, una manera de divertir y decir las cosas. Y sobre todo los de letras eran como decía Vargas Llosa: contadores de historias.
Siempre me sorprendía esa habilidad de guardar tanta información, sin libros, separatas, o power point ( bueno este último sería un sueño para la academia), solo una tiza" y el pizarrón. Cubrían todo de letras y fechas y luego comenzaban. Historia, literatura eran mis clases favoritas, era como estar en el teatro y nuestras carpetas de a seis, butacas preferenciales.
Ese histrionismo, esa desfachatez, sobre todo de mi profesor Bruno de historia. Él era el más carismático de todos. Después de cada clase y entre bromas decía "bueno chicos ahora viene anécdota". Yo no sabía de que hablaba hasta que un día empezó así y contó una historia muy graciosa que le había pasado. Y así empezó todo, había veces que al final de la clase y cuando sobraba tiempo la gente reclamaba en coro, anécdota, anécdota, anécdota.
-Pero ya se la saben todas- decía el profe. Aunque siempre llegaba nueva gente y todos queríamos volver a escuchar. Eso era una especie de relación o contrato sin firmar, siempre tenía que contar algo.
Bueno ya saben algo del origen de este blog. Espero de verdad algún día volver a la academia y si todavía sigue enseñando ahí, saludarlo y meterme a una clase para escuchar su actuación.
Vamos, publica anécdotas y de forma más regular y fructífera. Escribe =)
ResponderEliminarBueno con la universidad y otras cosas estoy muy ocupado, en esta última parte me he dedicado a escribir poesía. Pero me daré tiempo para postear de todo.
ResponderEliminarSaludos